El material necesario para realizar este cuento es muy sencillo, solo necesitas: varias cartulinas de diferentes colores, un calcetín, una grapadora, dos botones, pegamento, una regla, un compás, un ordenador con acceso a una impresora y mucha imaginación.
La historia surgió en las vacaciones de semana santa a raíz de una conversación con unos amigos sobre una película llamada Los Dioses deben de estar locos.
Por otra parte me parecía más divertido y ameno para los niños, que el gusano que aparece en todas las cartulinas sea como una marioneta y que puedan meter la mano para que el gusano Luis “pueda hablar”.
Perfecto. Solo tienes que plastificarlo antes de ponerlo en el aula.
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